sábado, 10 de octubre de 2015

La noche más oscura.

 No, aunque lo pueda parecer, no te voy a hablar de cine y de la película de Kathryn Bigelow "Zero dark thirty" y aquí traducida como "la noche más oscura". Hoy te voy a relatar, desde la distancia ya, uno de los momentos más duros que he vivido. Como todo, cuando va pasando el tiempo, se pierden algunos detalles pero intentaré buscar en lo más dentro de mi para transmitirte lo mejor que pueda ese momento.

 Era la noche del 30 de Julio al 31 de Julio, aproximadamente cerca de las 0:00. Nos encontrábamos mi mujer y yo en el hospital para vivir uno de los momentos más felices de nuestras vidas. La Mamá Moderna había ingresado en el hospital por la mañana a eso de las 9:00 y entre oxitocina, exploraciones y esperas fuimos pasando el día tranquilamente hasta la hora comentada antes. Mi mujer ya empezaba a sentir los dolores de las contracciones y, aunque no quería, acabamos pidiendo la epidural. Nos dijeron las enfermeras que podría tardar una hora o más en venir el enfermero y por eso la pedimos con tiempo. Yo salí a informar a los familiares que había fuera esperando.

 Unos cinco minutos después ya había venido el enfermero y se la había puesto, menos mal que tardaban mucho... Aquí empezaron los errores, para administrar la epidural, una mujer tiene que haber dilatado aproximadamente 4 cms., no se cual es el procedimiento y por la tanto no se a quien pertenece el error. El caso es que la Mamá Moderna tan sólo había dilatado 2 cms. (cosa que aún no sabíamos). Así pasaron unos momentos, no sabría decir cuanto, hasta que la frecuencia cardíaca del niño empezó a bajar muy considerablemente. Comenzamos a dar al botón para pedir la asistencia pero no venía nadie, salí yo a los monitores a buscar a una enfermera, matrona o a quien fuera pero para mi sorpresa y desesperación no había nadie en toda la zona de maternidad.

 Acojonados estábamos y muy preocupados, la frecuencia cardíaca seguía bajando mucho. Seguimos dando al botón, yo salí alguna vez más y no se muy bien ni cuando ni como apareció una matrona en la habitación, miró el monitor del ritmo cardíaco y llamó a una enfermera (igual fue al revés una enfermera entró primero y llamó a la matrona...). Tras comprobar el monitor y tener una conversación tal que así:

 - ¿El ritmo cardíaco es de la madre o del bebé?
 - Es de la madre.
 - ¿Seguro?
 - No, es del bebé.
 - ¿Es del bebé?
 - Sí, tiene que ser del bebé.
 Tras esta conversación pusieron cara de preocupación y llamaron a más gente, todo esto sin informarnos de nada. Yo esta parte ya la recuerdo difuminada, sé que estaba bastante preocupado, les observaba como le hacía otra exploración para darse cuenta de que no tenía la bolsa rota (segundo error) y ya nuestra desesperación aumentó. En cosa de cinco minutos (probablemente porque como he dicho lo recuerdo difuminado) desde que llamaron a la ayuda apareció por la puerta el séptimo de caballería. Una vorágine de enfermeros, médicos, anestesista, matrona, enfermera algunos metiendo la mano para explorar, otros recogiendo cables, quitando el freno de la cama, de todo... Y yo mirando como si no existiera. Se llevaron a la Mamá Moderna a toda prisa y acto seguido entraron dos enfermeras a recoger la habitación.

 Yo me derrumbé en el sillón, las veía recoger y no me decían nada, cuando pude reaccionar las pregunté que pasaba y qué tenía que hacer a lo que tan solo me respondieron que podía salir de la habitación y esperar en la sala de espera que a la habitación ya no iba a volver. Recogí nuestras cosas y salí a la sala de espera. Por la cara que puso mi suegra, mi madre y demás familiares(aunque la que recuerdo sobretodo es la de mi suegra) al verme mi cara debía de ser un poema, intenté contar algo de lo que había pasado aunque no sé si lo conseguí, obviamente no quería preocuparles a ellos demasiado. Me senté en una silla y todo se volvió negro. No se cuanto tiempo pasaría allí sentado, fue poco, seguramente cinco minutos o menos, se me hizo eterno, los cinco minutos más largos de mi vida.

 Solo podía pensar, darle vueltas a la cabeza. ¿Qué iba a pasar? ¿Y si le pasaba algo a mi hijo? ¿Y a mi mujer? Todos los malos pensamientos se te pasan por la cabeza, por muy positivo que sea en ese momento no podía encontrar nada positivo. ¿Y si los perdía? ¿Y si perdía a alguno? ¿Por qué habíamos acabado en ese hospital a pesar de que yo me había negado categóricamente? ¿Por qué? Mourinho a mi lado era un aficionado con tantos ¿Por qués?

 Afortunadamente ese momento, aunque muy largo para mí, pasó. Salió una enfermera a buscarme para que volviera a entrar a los paritorios, me explicaron lo que había pasado. Una cesárea de urgencia, que el niño estaba bien, que mamá estaba bien y que en muy poco tiempo me traerían a mi pequeñín. Me sentaron en una mini salita de espera en la que solo estaba yo encontrándome con todas mis emociones. Vino el cirujano a explicarme la operación y ya me trajeron al Pequeño Cavernícola y todo cambió.

 Lo demás ya te lo he ido contando y/o lo seguiré haciendo, espero que lo leas.

 Por cierto para el que se pregunte donde estaban las enfermeras y matronas, esa noche tuvieron 8 cesáreas y con tanto recorte en sanidad pues ya se sabe... Personal justo.

8 comentarios:

  1. Uffff, qué estrés!! No me extraña que lo pasases fatal, incluso cuando en un parto va todo bien y de acuerdo al plan siempre hay un montón de nervios, si encima se complica y surgen imprevistos y no tienes información clara de lo que está ocurriendo...

    Pero bueno, vamos a quedarnos con que al final todo acabó bien y ahora tú estás disfrutando día a día de tu pequeño cavernícola...

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    1. Exacto, me quedo con que todo salió bien, pero quería aportar la visión del papá en una cesárea ya que comentando con compañeros/as no suelo encontrar este tipo de confesiones.

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  2. Asco de recortes >_<. Me alegro de que saliera bien pero.... madre mía. Qué susto!

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    1. Sí, la verdad es que fue muy mal momento, de esos que nunca olvidaré.

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  3. Acabo de llegar a tu blog y este post me ha dejado sin palabras. A pesar de los recortes, quien puso la epidural se tendría que haber molestado en asegurarse de que era el momento y seguramente se hubieran ahorrado la cesárea.

    Desgraciadamente no solo en España suceden este tipo de "despistes médicos"..... en febrero tuvimos un susto en casa y fue por culpa de un mal diagnóstico médico (en Suiza).

    Si ahora Mama y Bebe están bien es lo que importa y lo que deberías tener presente, olvidarte de aquella noche, aun que yo mi viajecito en ambulancia aun lo recuerdo como si fuera ayer intento no pensarlo y agradecer al mundo que las cosas salieran bien ese día.

    ¡Un abrazo!
    (seguiré leyéndote, ahora mismo hago una suscripción a tu blog).

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    1. Pues sí, supongo que con la noche que llevaban de cesáreas estaban ya despistados y agotados. Como dices, lo importante es que todo acabó bien y este momento lo tengo bastante olvidado, sólo hay días que me viene el recuerdo, no obstante quise compartirlo para que constará como podemos sentirnos los papás en este momento.

      Gracias por la suscripción, por el comentario y por sacarme una sonrisa.

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  4. Que susto!! Es curioso como yo también tengo lagunas sobre todo lo que me aconteció antes y hasta momentos después del parto. Lo importante es que al final estaban los dos bien!! Saludos!!

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    1. Es es lo importante, y que todo se acaba olvidando o creando un recuerdo distorsionado, lo que es la mente :)

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